lunes, 24 de febrero de 2014

LOS HEMISFERIOS, MARIO CUENCA SANDOVAL.

Opinión : Recomendable.


        Los hemisferios es, como su título sugiere, una obra dividida en dos partes, dos novelas. En "La novela de Gabriel", la obsesión por encontrar a la primera mujer lleva a Gabriel a cuidar de la novia de su amigo, el cineasta Hubert Mairet-Levi, y a embarcarse en su proyecto sobre un torero mitad místico, mitad asceta. "La novela de Marie-Levi" se centra en Marie, en road movie por la isla de Mística junto a Marianne, otra réplica de la primera mujer, mientras sigue el dictado de una oscura voz de ultratumba: "El Habla". A primera vista, los reflejos entre "La novela de Gabriel" y "La novela de Marie-Levi" van más allá de la coincidencia de nombres de los personajes principales. Se trata de un juego de espejos temáticos que hace que cada idea tenga un doble en la otra novela: el deseo por encontrar a la primera mujer, el sacrificio y la resurrección de la carne, la violencia urbana en apariencia irracional, la obsesión con el cuerpo como elemento político-artístico y el erotismo en conjunción con la violencia y la automutilación. Y es que Los hemisferios puede ser leída como reproducción de la temática presente en la obra de Cuenca Sandoval en representación de la eterna y falsa oposición entre civilización y barbarie que Cuenca Sandoval resuelve con la máxima: "la civilización es muerte".

         La segunda novela pierde consistencia y resulta demasiado larga para lo que hay de materia literaria, mientras que la primera se mantiene sólida durante su transcurso. Llegados a este punto, conviene destacar la capacidad narrativa del autor que sin duda equilibra la balanza respecto a la mencionada debilidad estructural. Su estilo es capaz de llevar al lector hacia lugares oscuros, abismos narrativos y no tan narrativos. Pero es su capacidad de teorizar la que conduce el relato por la senda de la reflexión en torno a la sexualidad y al estado de la cultura o la estética y revela su querencia tan foucaultiana de descubrir la represión de las instituciones del Estado (y de la civilización). Los referentes filosóficos forman parte de las constantes en el estilo del autor, tanto a la hora de narrar como de revertir la idea del Übermensch y convertirla en "la nueva mujer".

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