Una novela
aquejada de tópicos, seguramente necesarios para un lector foráneo, pero
que un español ya ha visto y leído mucho sobre pensiones castizas, el Madrid de Atocha, la vida popular de dichos y canciones.
Salva el tópico precisamente cuando
caricaturiza, como en la figura del profesor Cabeza de Vaca, o en el
disparatado ardid que posibilita la boda de Daniel y Aurora. La novela escrita con pasmosa naturalidad, lejos de la afectación, y sabe extraer fuerza de las situaciones interpersonales. Administra muy bien las transiciones entre acontecimientos y vivencias del personaje. A ello se unen cambios
de fortuna inesperados de la trama y quiebros finales nacidos de la
tradición de la novela de intriga sentimental que sostienen el interés, aunque con un decepcionante desenlace, que parece escrito mas por tener que cerrar la novela que como algo natural.La profesora Blanca Perea incapaz de recomponer sus propios pedazos, acepta a la desesperada lo que anticipa como un tedioso proyecto académico. Su estabilidad personal acaba de desplomarse, su matrimonio ha saltado por los aires. Confusa y devastada, la huida a la insignificante universidad californiana de Santa Cecilia es su única opción. Amores cruzados, certezas a medias e intereses silenciados que acabarán por salir a la luz. Viajes de ida y vuelta entre España y Estados Unidos, entre el presente y el pasado de dos lenguas y dos mundos en permanente reencuentro. Entre el hoy y el ayer de aquellos trasterrados que, saltando fronteras y obstáculos, vivieron a caballo entre ambos empujados por la necesidad, el deber o la pasión, con todos ellos entreverados en la propia historia de Blanca.
