Estamos ante una novela de genero policíaco galardonada con el premio planeta 2012 , donde polis malos y polis buenos tienen una lucha sin cuartel, donde finalmente como en el mejor de los mundos posibles, termina triunfando la honradez y la honestidad... Con una prosa agil y rotunda Lorenzo Silva tiene una primera mitad del libro muy notable, asi como creo que el desenlace es muy pobre de imaginación y difícil de creer, algo básico en una buena novela policíaca. Son ya siete los títulos que han protagonizado el que
empezó como sargento Rubén Bevilacqua, y la joven guardia Virginia Chamorro.A base de diálogos ajustados y sinceros, Silva aprovecha los casos para, con una cadencia de tres años, hacer de sus personajes “testigos de la sociedad española contemporánea”. En esta ocasión, el ya brigada Bevilacqua afincado en Madrid, ha de investigar un caso en Barcelona, entre las dos ciudades que pasa el meridiano, que le lleva a remover su pasado y el de gente con las que trabajo y que “no deberían haber cruzado determinadas rayas ni saltado códigos de honor y por ello deben pagar”. Silva aprovecha cualquier ocasión para hacer una metáfora de la tensión entre Cataluña y España, algunas veces acertadamente y otras no tanto.
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