Opinión : Muy Recomendable.
Los héroes siempre han tenido, en nuestra sociedad, esa
imagen de fantasía que la mitología, fuera cual fuera, nos ha enseñado a lo
largo del tiempo. Pero olvidamos, en muchas ocasiones, que los héroes pueden
serlo todas aquellas personas anónimas que, un buen día, tienen en su vida una
situación extraordinaria que les hace cambiar radicalmente su existencia. Y no
por ello son héroes menores, o semidioses, por seguir con la analogía de los
aspectos mitológicos. Hoy en día, las actitudes heroicas son aquellas que se
encuentran a pie de calle, una vez que la puerta se ha cerrado, o incluso
cuando las puertas están abiertas de par en par y el hilo de la vida nos pide
un freno para prestar atención. El héroe discreto es aquel que puede llevar la
misma vida tú o que yo, pero que por azares del destino, un escritor decidió
poner en palabras, creando una novela. Porque en el fondo, cuando uno se
convierte en un héroe a ojos de los demás, se habrá convertido en alguien
diferente para el resto de su vida. Dos hombres. Felícito Yanaqué que se siente
amenazado por una banda que le hace chantaje. Ismael Carrera, que urde un plan
de venganza contra sus infames hijos. Dos hombres anónimos, que se convertirán
en conocidos para todos nosotros. Y un lazo, un lazo que les une a los dos sin
que ellos hayan podido evitarlo. Dos héroes anónimos que buscan una solución a
este embrollo que es la vida misma. Si hay algo que tuviera que destacar de el
héroe discreto es su capacidad para evocar un mundo que nos parece real, que
nos podemos encontrar día tras día en nuestra vida, pero que a la vez parece
irreal, evocando en situaciones, en descripciones, en paisajes, una especie de
magia que pocas veces se ven en la literatura. Y no, no estoy hablando de
ciencia ficción, sino de ese realismo mágico del que ya hicieran gala algunos
otros autores, y que hoy encontramos en esta novela.
" El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes Saavedra.
viernes, 8 de noviembre de 2013
martes, 5 de noviembre de 2013
HA VUELTO, TIMUR VERMES.
Opinión : Recomendable.
Con gran sentido del humor las referencias a la emblemática película El gran dictador de Charles Chaplin son
continuas a lo largo de toda la trama, vitales en la novela porque
sirven para que el lector sea consciente de que con esta historia no va a
reírse de Adolf Hitler, sino con él, tal y como se promete en la
sinopsis promocional del libro. Asunto sin duda complicado porque no
solemos pensar en Hitler como persona, sino como emblema que desde hace
sesenta y ocho años representa el mal absoluto: esa distopía de
dictadura, pensamiento único, genocidio y sufrimiento de la que nos
libramos los europeos tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial.
Aunque también contemplamos a don Adolfo como a un increíble seductor de
masas, pleno de verborrea y gestos ridículos. Por todo eso, convertir a
este fantoche histriónico y sanguinario en una persona real, que se
mueva con soltura por nuestro mundo, tiene un mérito literario
indudable. Y lo mejor es que no desentona, sino todo lo contrario: tras
despertar, emprende de nuevo y sin problemas un carrera de éxito social
meteórica. Lo cual nos hará reflexionar bastante.
Recordaremos que en nuestro país se publicó una novela de
planteamiento parecido. Me refiero a la historia-ficción escrita por Fernando Vizcaíno Casas en 1978 titulada Y al tercer año resucitó,
que alcanzó la friolera de 42 ediciones. Lo cual nos lleva a efectuar las oportunas
comparaciones. No desde la estética, dado que este Ha vuelto
ha sido elaborado con más recursos, técnica literaria bien
desarrollada, mayor rigor histórico y mucha más inteligencia que el otro
libro mencionado, sino porque en ambas obras, una de ideología
franquista sin disimulos y esta en concreto, que no manifiesta especial
querencia hacia el nazismo, se incluyen sin dudarlo sendas
visiones ácidas y ridículas hacia nuestro sistema democrático o de
partidos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)