Opinión : Muy Recomendable.
Los héroes siempre han tenido, en nuestra sociedad, esa
imagen de fantasía que la mitología, fuera cual fuera, nos ha enseñado a lo
largo del tiempo. Pero olvidamos, en muchas ocasiones, que los héroes pueden
serlo todas aquellas personas anónimas que, un buen día, tienen en su vida una
situación extraordinaria que les hace cambiar radicalmente su existencia. Y no
por ello son héroes menores, o semidioses, por seguir con la analogía de los
aspectos mitológicos. Hoy en día, las actitudes heroicas son aquellas que se
encuentran a pie de calle, una vez que la puerta se ha cerrado, o incluso
cuando las puertas están abiertas de par en par y el hilo de la vida nos pide
un freno para prestar atención. El héroe discreto es aquel que puede llevar la
misma vida tú o que yo, pero que por azares del destino, un escritor decidió
poner en palabras, creando una novela. Porque en el fondo, cuando uno se
convierte en un héroe a ojos de los demás, se habrá convertido en alguien
diferente para el resto de su vida. Dos hombres. Felícito Yanaqué que se siente
amenazado por una banda que le hace chantaje. Ismael Carrera, que urde un plan
de venganza contra sus infames hijos. Dos hombres anónimos, que se convertirán
en conocidos para todos nosotros. Y un lazo, un lazo que les une a los dos sin
que ellos hayan podido evitarlo. Dos héroes anónimos que buscan una solución a
este embrollo que es la vida misma. Si hay algo que tuviera que destacar de el
héroe discreto es su capacidad para evocar un mundo que nos parece real, que
nos podemos encontrar día tras día en nuestra vida, pero que a la vez parece
irreal, evocando en situaciones, en descripciones, en paisajes, una especie de
magia que pocas veces se ven en la literatura. Y no, no estoy hablando de
ciencia ficción, sino de ese realismo mágico del que ya hicieran gala algunos
otros autores, y que hoy encontramos en esta novela.
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