Opinión : Recomendable.
El retorno cuenta la historia de Mohamed Limmigri, un emigrante marroquí instalado en Francia desde hace décadas y empleado en una fábrica de coches que está a punto de jubilarse. El hecho de jubilarse es algo que no le gusta lo más mínimo, pero lo asume con resignación y aprovecha para analizar lo que ha sido su vida de forma un tanto poética que no artificiosa. En todo momento Ben Jelloun hace hablar a Mohamed con un lenguaje llano y directo. El hombre hace un balance de su vida y así reflexiona sobre sus hijos, más franceses que árabes, hasta el punto de rebelarse para emparejarse con cristianos, la intolerancia y los brotes xenófobos que agitan a su país de acogida, los guetos a los que parecen condenados los emigrantes, el Islam, su religión, y el cariz violento que está tomando en los últimos tiempos, etc... La conclusión a la que llegará Mohamed es que debe volver a su aldea natal y construir una enorme casa donde pasar sus últimos años. Y la última parte del libro contará cómo Mohamed verá este agridulce retorno. En resumen un libro sencillo, sincero, emotivo, lúcido y agradable de leer que, sin embargo, deja al terminarlo una sensación rayana en la amargura.
El retorno cuenta la historia de Mohamed Limmigri, un emigrante marroquí instalado en Francia desde hace décadas y empleado en una fábrica de coches que está a punto de jubilarse. El hecho de jubilarse es algo que no le gusta lo más mínimo, pero lo asume con resignación y aprovecha para analizar lo que ha sido su vida de forma un tanto poética que no artificiosa. En todo momento Ben Jelloun hace hablar a Mohamed con un lenguaje llano y directo. El hombre hace un balance de su vida y así reflexiona sobre sus hijos, más franceses que árabes, hasta el punto de rebelarse para emparejarse con cristianos, la intolerancia y los brotes xenófobos que agitan a su país de acogida, los guetos a los que parecen condenados los emigrantes, el Islam, su religión, y el cariz violento que está tomando en los últimos tiempos, etc... La conclusión a la que llegará Mohamed es que debe volver a su aldea natal y construir una enorme casa donde pasar sus últimos años. Y la última parte del libro contará cómo Mohamed verá este agridulce retorno. En resumen un libro sencillo, sincero, emotivo, lúcido y agradable de leer que, sin embargo, deja al terminarlo una sensación rayana en la amargura.
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