Opinión : Muy recomendable.
Los
ángeles mueren por nuestras heridas traslada a los lectores hasta
la Argelia
colonial para narrar la experiencia vital de un hombre que, surgido de
la nada, intenta convertirse en uno de los mejores boxeadores argelinos del
periodo de entreguerras, la novela puede considerarse como una narración clásica, por su
maestría en la creación de personajes, el cuidado de cada frase, la capacidad
de crear imágenes… También resalta por sus opiniones contundentes,
no dejando indiferente a nadie, y como ultimo punto a considerar subrayar que la época
elegida para desarrollar la novela y adentrar al
lector en un mundo en el que pasa a formar parte son los años 20-30, se crea una buena trama en la novela que te impide dejarla hasta que no ves su final. El protagonista de la historia es Turambo, un joven soñador
que, desde la cárcel y pendiente de subir al patíbulo, comienza a narrar su
vida a largo de los últimos años. Preguntado en una entrevista sobre la razón que le ha llevado a
escribir el texto en primera persona, Khadra responde que el
escritor es “como un actor”, se mete en la piel del personaje y, para llegar a
lo más hondo, “debes de sentirlo en sus carnes”. Además, con un sentido del
humor que ha quedado patente durante toda la presentación, ha bromeado comentando
que “a veces, me gusta imaginarme como un hombre guapo, alto, fuerte…”.
En cuanto a la figura protagonista del boxeador, Khadra ha
explicado que Argelia contaba con muchos boxeadores. “Era una sociedad con dos
mundos que no cohabitaban: los colonos y los autóctonos. Estos últimos eran
campesinos, esclavos, limpiaban, pero no podían entrar en la sociedad de la
gente poderosa. Pero, alrededor del cuadrilátero, se reunían unos y otros”.
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