jueves, 16 de mayo de 2013

LOS VECINOS DE ENFRENTE, GEORGES SIMENON.

Opinión : Aceptable.

            La novela trata de la recepción y establecimiento del cónsul de Turquía en la ciudad de Batum, al sur de la unión soviética, tras el extraño fallecimiento de su antecesor. Un hombre sólo en un territorio no hostil, pero sí reservado, lleno de profundos secretos y una nueva y extraña forma de hacer las cosas. Aquí, donde conseguir lavar la ropa o comprar comida se convierte en toda una odisea de contactos, vales y favores, se desarrolla la trama de espionaje y contraespionaje alrededor de su figura. Aquí comenzará el cónsul Adil Bey a entender el porqué de la situación del país y sus ciudadanos. La duda de que el anterior cónsul pudiera haber sido envenenado empezará a crecer en su interior en la forma de sus vecinos de enfrente que dan titulo al libro, los cuales cree que están vigilando todos sus movimientos. Esto no hará más que agravarse cuando el propio cónsul comienza una relación con su secretaria y hermana de estos vecinos. Sin nadie con quien hablar, sin el apoyo de la administración, irá cayendo en una espiral de desconfianza y neurosis que amenaza con acabar con él. Conocidos y desconocidos entran y salen de su pequeño círculo. Allí todo el mundo parece tener dos o tres caras y nunca llegas a saber cuál es la real, hasta el punto de que llegas a dudar no sólo quién es quién, sino quién eres tú mismo.
         Algo muy impresionante de la novela es la época en la que está escrita, en 1933 describiendo un retrato muy similar a la de los años ochenta en la unión soviética, cincuenta años después de que se escribiera la novela. No sé bien si la novela se adelantó a su tiempo en su juego de espías y sospechas o si la unión soviética no evolucionó demasiado en ese tiempo. Georges Simenon describe esas grises calles de Turquía para emplazar a los ciudadanos que van y vienen, que hacen colas para conseguir pases en el consulado o conseguir una simple lata de sardinas, las mismas que Adil Bey consume con tanto desparpajo sin saber lo que cuesta conseguirlas. Nos cuentan esa unión soviética de miseria, donde todos se vigilan mutuamente y conseguir cualquier cosa se convierte en un problema. ¿Cómo mantener la esperanza en un lugar y una situación así? ¿Cómo no contagiarse de ese pesimismo?.

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