lunes, 20 de enero de 2014

TODOS SOBRE ZANZIBAR, JOHN BRUNNER.

Opinión : Recomendable.

Es difícil resumir el argumento de una novela tan compleja como Todos sobre Zanzíbar. Hay, fundamentalmente, dos personajes principales, asociados con dos líneas argumentales lejanamente interrelacionadas: Donald Hogan, un inteligente estudiante que ha sido "captado" como espía por la Inteligencia estadounidense; y Norman House, un ambicioso ejecutivo de General Technics, una empresa tan poderosa que se a veces es indistinguible del propio Estado. El primero será enviado a Yatakang (un ficticio país del Sureste de Asia) para investigar un supuesto avance revolucionario en el campo de la eugenesia; el segundo, a Beninia, un país del África subsahariana que puede convertirse en una pieza clave de las relaciones políticas y económicas internacionales. Pero tan importantes como estas dos tramas, son los fragmentos dedicados a crear un mundo (distópico) alrededor de ellas. Son pequeños relatos o microrrelatos de hechos simbólicos o significativos del estado del mundo. "Cosas que pasan" son recopilaciones de noticias breves, eslóganes, panfletos, todo tipo de textos sobre la actualidad (del mundo de ficción, claro).

        Aunque Brunner es un escritor de la "Nueva Ola" de la ciencia-ficción, sus obras anteceden también, en cierto modo, a las novelas del cyberpunk creado por William Gibson, sobre todo en su concepción del mundo distópico: ciudades cubiertas por cúpulas, brutales desigualdades sociales, cuerpos modificados por la ingeniería o la genética, poderosas empresas multinacionales que controlan la política y la economía global... En la novela de Brunner no faltan tampoco las preocupaciones por el control de la información y la manipulación de la opinión pública, con resonancias de los métodos del Gran Hermano en 1984Todos sobre Zanzíbar es una novela compleja, ambiciosa, visionaria, abrumadora. Pero corre el peligro de perder algunos de sus lectores a medio camino, y es una pena, porque el final consigue cerrar los hilos que las seiscientas páginas anteriores habían dejado abiertos.

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