lunes, 13 de enero de 2014

SORGO ROJO, MO YAN.

Opinión : Muy recomendable.     

      Premio Nobel de literatura 2012, Mo Yan, es uno de los autores más prohibidos y pirateados de la China actual. Sorgo rojo ambientada en la China rural de los años 20 y 30, en la provincia de Shangdong, nos cuenta la historia de una familia a lo largo de varias generaciones. La joven Jiu’er es obligada por su padre a casarse con un leproso que posee una próspera destilería de sorgo. Se enamora de Yu Zhan’ao, un porteador, y ambos se rebelan contra el destino que les han impuesto. La novela arranca en los años 30 con la guerra chino-japonesa, en la que luchan el abuelo y el padre del narrador. Maneja dos planos: los grandes acontecimientos de la memoria colectiva y los acontecimientos privados de la saga familiar, en una China legendaria donde aún impera el feudalismo y en las aldeas reinan los señores de la guerra y los bandidos. Gran parte de la narración la ocupa el conflicto bélico, donde se plantea una doble tragedia: la invasión japonesa de China y los desencuentros de los propios chinos, enfrentados entre sí. Se describen sucesos terribles como la quema de la aldea por parte de las tropas japonesas, castigos como el desollamiento, traiciones, violación, muertes violenta. La barbarie del ser humano no tiene límites y conduce a la devastación y la muerte en masa de civiles. Mo Yan plasma esta realidad sin tapujos y no faltan pasajes de una desgarrada crueldad. El hombre se va animalizando y acaba comiendo carne de perro salvaje para pasar el crudo invierno.

       Sorgo rojo es una especie de parábola sobre la valentía, o la forma de encontrarla en un escenario donde reinan el miedo y la destrucción. Sus personajes aspiran a liberarse de las tradiciones ancestrales y del sistema de castas. Puede parecer contradictorio que Mo Yan, pseudónimo que significa “no hables”, escriba una novela tan extensa, plagada de pequeños detalles y tramas. Pero el autor tiene un mensaje claro que lanzar: la búsqueda de las raíces y la identidad. Es necesario volver a la tierra y aprender de la lucha de los antepasados, supervivientes en un mundo hostil.

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