miércoles, 22 de enero de 2014

EL PRESTAMISTA, EDWARD LEWIS WALLANT.

Opinión : Recomendable.

      El prestamista de  Edward Lewis Wallant deja intacta las vestiduras sociales de los personajes que palpitan en sus páginas, para incursionar en los habitáculos oscuros de la conciencia. Las tragedias individuales que deambulan precipitadamente por la casa de empeños regentada por Sol Nazerman, perfilan las coordenadas existenciales de la exclusión. Atracados sobre el mostrador como barcos desvencijados, muestran las inútiles pertenencias o los objetos robados para ser ponderados por el taciturno judío o por su ayudante y aprendiz, el extrovertido hispano Jesús Ortiz. Nos encontramos en la calle 125, de East Harlem, barrio neoyorquino. La vida que retrata el autor nos produce cierto desasosiego. Trazas de un tiempo de miseria y desolación, encarnado en los rostros difuminados de una clientela que es ajena al drama que vive en silencio el tasador. Comercian el valor de la inutilidad de los utensilios que portan como si fuesen exvotos, pues el propio prestamista se considera así mismo un cadáver en pie. En cierta manera son restos del naufragio de sus vidas, que depositan en aquel lugar donde "todos los relojes zumbaban o marcaban el tictac de un tiempo anónimo". Es el tiempo sin acontecimientos, sin vida. en resumen una novela con un retrato muy acertado de la vida social del New York de principios de siglo pasado.

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