martes, 11 de junio de 2013

LA CIUDAD Y LA CIUDAD, CHINA MIÈVILLE.

Opinión : Aceptable.

           La novela comienza con un clásico del genero de novela negra, se ha descubierto el cadáver de una chica joven en los suburbios de la ciudad de Besźel, en el Este de Europa y el detective Tyador Borlú es el encargado de encontrar al asesino. Pero pronto, desde el primer capítulo prácticamente, se proporcionan pistas al lector que indican que Besźel no es una ciudad cualquiera: en realidad, es una ciudad unida a otra, Ul Qoma, con la particularidad de que ambas ocupan espacios geográficos no solo contiguos sino en muchos casos coincidentes o entrelazados. Los habitantes de Besźel tienen prohibido ver los edificios y a las personas de Ul Qoma, y viceversa, aun cuando estén a centímetros de distancia.

            En realidad, eso es lo que más interesa y lo que más atrapa de la novela, mucho más que la trama policíaca en sí: ese trasfondo de política ficción, en que un mismo espacio es compartido entre dos entidades políticas, con una omnipresente e omnipotente entidad (la Brecha) encargada de controlar que nadie cruce, ni siquiera con la mirada o el pensamiento, de un lado de la frontera al otro. Ese mundo irreal, pero que habla a las claras de muchos otros lugares perfectamente reales (Jerusalén, Belfast, Berlín...) es sin duda el personaje más interesante del libro. Parece ser que China Miéville escribió esta novela como un regalo para su madre, amante de las novelas policíacas, cuando ella estaba enferma en fase terminal, ya que el resto de su obra es más propiamente fantástica.

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