viernes, 12 de julio de 2013

VIDAS HIPOTECADAS, ADA COLAU Y ADRIÁ ALEMANY.

Opinion : Aceptable.

             En este libro se intercala el análisis que podríamos llamar macro, de la situación de la vivienda, del mercado inmobiliario, de los marcos, jurídicos, económicos y financieros, con la referencia constante a casos individuales. Todo ello, desde una manipulación constante de los datos y de las fuentes, con constantes autoreferencias y medias verdades-mentiras absolutas (número de ejecuciones hipotecarias, suicidios, la supuesta liberalización del suelo que nunca existió, la negación de valor del suelo urbanizable, la valoración de los activos adjudicados, etc…) y opiniones que no dejan de ser los procedentes del múltiple movimiento del que la PAH es punta de lanza. Es dificil, en tantas páginas y compartiendo un espacio generacional con los autores no encontrar puntos de acuerdo: la acusación contra la clase política por haber descubierto lo inmobiliario como piedra filosofal, etc. Pero enseguida los caminos se bifurcan, rápidamente se olvidan de cómo el poder político se halla en la génesis de todo este desastre, para pedir más de lo mismo como solución, más poder político, más intervención, más regulación, menos libertad. Seamos claros, tras la lectura de este libro uno confirma sus tesis iniciales con respecto a la PAH. Tras afirmaciones tan peregrinas como que cualquier alumno de primero de Economía sabe que la función del Estado es intentar corregir los errores del mercado para se aproxime al máximo a la competencia perfecta, la cosa va mucho más allá. Si en un principio apuestan por una interpretación maximalista de los límites al derecho de propiedad que nuestra Constitución "quedabien" determinó, según va avanzando la lectura uno percibe como realmente la PAH no deja de ser el mascarón de proa de algo muy viejo.

      PAH no es más que un primer paso en la carrera activista de Colau y Alemany, como ellos mismos han reconocido. Han identificado una ola buena, y diciendo a los afectados y a la gente en general lo que quieren escuchar esperan cabalgarla hasta otra más nueva y potente. Despues de todo han conseguido que un país entero se cuestione el derecho de propiedad, por lo que no parece que sea tan difícil alcanzar otras metas.
 
   Se trata de utilizar la desgracia de la gente, para movilizarlos, para usarlos como tropa de choque de algo más amplio de lo que es el movimiento antidesahucios, la construcción de una suerte de estructura paralela a la del propio Estado, con una legitimidad que no nace en las urnas, y donde se elogian ejemplos como el de Argentina y el peronismo de los Kirchner. La

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